Breve guía introductoria de economía
– personal
El 15 de febrero de este año, unos amigos de la universidad tuvieron una discusión nocturna por WhatsApp sobre temas de economía, principalmente sobre el control de precios. En vista de las múltiples falacias y mitos económicos en los argumentos presentados, decidí redactar esta breve guía de economía, la cual terminé de escribir al día siguiente, y hoy decidí hacerla pública.
A continuación, reproduzco textualmente el contenido de la guía, con algunos arreglos de formato y una corrección de traducción en un enlace.
Recomendación de libro
Primero que nada, si van a leer un solo libro de economía en sus vidas, que sea Economics in One Lesson de Henry Hazlitt.
Incluso si ya han leído otros libros, recomiendo que lo lean para que se saquen de la cabeza muchas falacias comunes. El libro es de 1946, así que en ciertas partes hace referencia a aspectos de la situación económica de la época que ya no aplican (ej: China era un país extremadamente pobre), pero sus lecciones igual aplican.
¿De qué se trata la economía realmente?
De cómo los individuos toman decisiones en nuestro mundo de recursos escasos. Que los recursos sean escasos significa que no son infinitos.
¿Cómo se estudia la economía?
La teoría mainstream de la economía es la síntesis neoclásica, que en resumen modela a los individuos como agentes económicos que maximizan una función de utilidad propia. Es bastante matemática, lo cual puede ser útil si se sabe manejar bien y de forma honesta, pero también puede oscurecer más de lo que aclara.
Por eso creo que el mejor enfoque para esta guía es la escuela austríaca, que deduce leyes económicas a partir de principios axiomáticos, específicamente el axioma de la acción humana: los humanos somos seres racionales que buscamos utilizar los medios que tenemos disponibles a lo largo del tiempo para realizar los propósitos que deseamos.
Las principales enseñanzas de la escuela austríaca que deben internalizar:
- El valor de las cosas es totalmente subjetivo, es decir, depende de lo que considere y prefiera cada uno. Nótese que el valor de algo no es lo mismo que su precio; compramos algo a un precio si consideramos que su valor es mayor que lo que nos costó obtenerlo (en términos de dinero, tiempo, opciones alternativas, etc).
- La clasificación de los bienes:
- Bienes no económicos, que son tan abundantes que su escasez es casi nula (como el aire).
- Bienes económicos, los cuales se subdividen en: bienes de consumo, que satisfacen necesidades humanas directamente; y bienes de orden superior, que son los insumos o medios de producción de otros bienes.
- Los bienes de orden superior no tienen demanda propia, sino una “demanda imputada” en la medida que sean útiles para producir bienes de consumo. Por lo tanto, los costos no determinan los precios de los bienes finales, sino que los precios de los bienes finales determinan los costos de producción.
- Los empresarios son individuos que anticipan e identifican los deseos de las personas y buscan satisfacerlos organizando la producción de bienes y servicios; las ganancias del empresario dependen de qué tan bien pueda realizar y coordinar todas estas funciones.
- El mercado no es un lugar estático donde la demanda y la oferta se equilibran exactamente, sino un proceso dinámico y espontáneo que surge de millones de interacciones y relaciones entre empresarios y consumidores.
- Las instituciones son conjuntos de normas tácitas que son creadas y moldeadas espontáneamente por los miembros de la sociedad para satisfacer diversas necesidades comunes/sociales. Principales ejemplos de instituciones: la familia, el mercado, el dinero, los contratos.
Leer más:
¿Cómo se establecen los precios?
En términos generales, los precios se establecen por la oferta y la demanda, y a su vez afectan a la oferta y la demanda. Sería gastar espacio re-escribir el mecanismo básico que todos conocemos (o deberíamos conocer…), y en todo caso Hazlitt lo explica de forma concisa y elocuente en el capítulo 15 de Economics in One Lesson.
En términos más concretos, los precios de los bienes y servicios se establecen en cada transacción particular en un lugar y tiempo particular por las partes involucradas. No existen realmente “precios generales” o “precios de equilibrio” en el sentido de la teoría neoclásica. La estructura de precios es una noción abstracta derivada de múltiples precios individuales concretos.
Sí, los productores son los que establecen los precios de sus bienes y servicios, pero son los consumidores quienes deciden a final de cuenta si compran o no, y por consiguiente determinan si el precio establecido le dará ganancias al productor. Por lo tanto, los productores están a merced de los consumidores, y establecen sus precios tomando en cuenta cuánto dinero creen que los consumidores estarán dispuestos a pagar, los precios de otros productos sustitutos y complementarios, y sus costos de producción; si pone un precio muy alto, tendrá muy pocos compradores y sus pérdidas lo obligarán a bajar el precio del bien, además de ajustar sus costos de producción de forma acorde para tener ganancia.
No, los costos de producción no determinan los precios. Como se mencionó anteriormente, es al contrario, los precios de los bienes finales determinan los costos de producción. El precio que un consumidor estará dispuesto a pagar por un bien está determinado por sus prioridades particulares en un momento dado, es decir, por sus preferencias con respecto a los medios que dispone y las alternativas que se le presentan; el costo de producción es irrelevante para el consumidor, y no determina el precio del bien final, sino que es un factor que el productor ajusta para que los precios de sus productos/servicios sean adecuados para generarle ganancia.
Leer más:
Ley de Say
Una ley económica fundamental que ha sido tergiversada por muchísimos “intelectuales”. No es cierto que dice que “la oferta crea su propia demanda”, lo cual sería absurdo y obvio para cualquiera que trate de vender bikinis en la Antártida, por ejemplo. Lo que realmente dice es que la oferta constituye la demanda o, en otras palabras, que no puede haber demanda sin oferta. Esto es porque la demanda no es solo lo que la gente desea, sino lo que la gente desea y está dispuesta y capaz de pagar. Por lo tanto, una persona solo puede demandar bienes y servicios si ha producido algo anteriormente y ha sido remunerada por ello, o si ha recibido un préstamo o crédito, que no es más que una promesa de pago a futuro (y por lo tanto producción a futuro); además, el crédito no es infinito, sino que depende de la disponibilidad de fondos ahorrados, es decir, producción previa de otras personas. No hay escapatoria, no hay almuerzos gratis, no se puede consumir sin producir.
Leer más:
¿Por qué veo tanta disfunción económica en el mundo real, fuera de la teoría?
En el mundo real hay una entidad que interfiere en el mercado y distorsiona todo: el gobierno. No solo el nuestro, todos los gobiernos son fundamentalmente organizaciones coercitivas, pues su función es establecer ordenes sobre los habitantes de un territorio y obligarlos a cumplirlas bajo la amenaza de sanciones, encarcelamiento o ejecución dependiendo del caso. La naturaleza coercitiva del gobierno, y los problemas de incentivos e información que conlleva, introducen distorsiones en el mercado, sus precios, la distribución de la producción y del ingreso, y el comportamiento mismo de las personas, y por lo tanto resultan en la desviación de los recursos a usos sub-óptimos, es decir, más pobreza.
¿Por qué el gobierno no debe intervenir en los mercados? o ¿Por qué el socialismo no funciona?
Mientras más intervención en el mercado, más distorsiones y desequilibrios en la información y los incentivos que guían las decisiones de producción, consumo, ahorro, inversión, importación, exportación y demás de los agentes económicos, y por lo tanto los recursos no son aprovechados para los usos que proveen más utilidad a las personas, es decir, que todos son más pobres.
El socialismo, definido como el control total o casi total de los medios de producción por parte del gobierno, aparte de ser fundamentalmente inmoral (que ya es otro tema), garantiza disfunción económica y pobreza porque significa planificación central e intervención gubernamental en toda la economía.
Además de los problemas de información e incentivos, mientras más se aproxima al socialismo puro, se hace cada vez más evidente el problema fundamental del socialismo explicado por Ludwig von Mises: incluso si todas las personas fueran perfectamente buenas y dedicadas a la causa, y hubiese información perfecta sobre los gustos, tecnologías y recursos existentes, el socialismo no podría funcionar porque el cálculo económico racional es totalmente imposible si no hay propiedad privada e intercambios voluntarios entre diferentes partes con un sistema competitivo de precios; no habría forma de tomar ninguna decisión de cómo, cuándo, dónde, en qué cantidad o por cuáles métodos producir cuáles bienes o servicios, ni cómo asignarlos en qué cantidades a cuáles personas en cuál momento, ni tampoco habría forma de simular las funciones de anticipación y coordinación de los empresarios, los mercados financieros, el mercado del dinero, etc.
Leer más:
- El final del socialismo y el debate del cálculo económico reexaminado
- El Uso del Conocimiento en la Sociedad
- Por qué el gobierno no puede gestionar la sociedad. Parte I
- Por qué el gobierno no puede gestionar la sociedad. Parte II
¿Qué es el dinero y cómo surge?
Se considera dinero a cualquier ítem o registro verificable que sirva como medio de intercambio ampliamente aceptado en una región geográfica o contexto socio-económico particular. Otras funciones del dinero son como unidad de cuenta y como almacén de valor, pero estas no son necesarias para que algo se considere como dinero. Para ilustrar mejor esto, el bolívar es dinero aunque no sirva para almacenar valor, mientras que el Bitcoin no es dinero porque no es ampliamente aceptado como medio de pago.
Existen dos teorías que explican el origen del dinero, que aplican en mayor o menor medida dependiendo de cuál caso se esté hablando. La teoría del origen espontáneo plantea que en una economía basada en el trueque eventualmente surge un bien como medio de pago ampliamente aceptado por los agentes económicos (usualmente metales preciosos como el oro), porque resuelve la dificultad de intercambiar directamente bienes y servicios heterogéneos. La teoría del origen estatal es que ciertos objetos se vuelven dinero porque son exigidos como tributo por alguna entidad coercitiva (una tribu invasora, un bandido estacionario, un monarca o un gobierno).
En todo caso, el dinero y los mercados son instituciones complementarias entre sí. Los humanos hemos intercambiado bienes y servicios por milenios, pero solo tras el surgimiento del dinero es que se hizo posible el grado de coordinación económica y división avanzada del trabajo necesarios para la enorme prosperidad económica moderna.
Leer más:
El problema de los bancos centrales
Un banco central no es más que el monopolio del gobierno sobre la emisión legal de dinero. Como todo monopolio gubernamental, la planificación central del dinero es sistemáticamente deficiente y frecuentemente catastrófica, pues es imposible que el gobierno pueda determinar de forma racional la oferta adecuada de dinero a lo largo del tiempo ni cómo distribuirlo adecuadamente. Históricamente, los bancos centrales tienen un récord pésimo y siempre se han originado porque beneficia a los gobiernos y sus socios a expensas de la población en general (más detalles sobre esto en la siguiente sección).
Lo ideal sería que el dinero fuera como cualquier otro bien: producido por entes privados compitiendo entre sí. Esto se llama banca libre (free banking) y no es puramente teórico, sino que fue aplicado de forma imperfecta en diferentes países a lo largo de la historia, con un buen funcionamiento en general.
Leer más:
- La banca central es planificación central
- Historia de la banca libre
- Refutando mitos sobre el patrón oro
Inflación monetaria e inflación de precios
Históricamente, la palabra “inflación” se refería a la expansión de la oferta monetaria como tal (inflación monetaria), pero actualmente suele usarse para referirse a una de sus consecuencias frecuentes: la subida general en el nivel de los precios (inflación de precios).
Los gobiernos establecen bancos centrales porque les permiten financiar sus gastos sin tener que establecer impuestos explícitamente. Los gobiernos se financian de tres maneras principales: impuestos, o sea extorsión a la población; deuda pública, que son impuestos a futuro; y emisión monetaria, que le permite al gobierno gastar más de lo que recauda en impuestos y reducir el valor real de sus deudas a expensas del poder adquisitivo del dinero. La inflación monetaria no es más que una transferencia de riqueza al gobierno, producida por el efecto Cantillon.
El efecto Cantillon simplemente explica que el dinero entra a la economía por puntos específicos y por lo tanto no es neutral, es decir, que sí afecta la distribución del ingreso y la producción. Cuando el banco central aumenta la oferta monetaria, los primeros receptores de ese nuevo dinero pueden adquirir bienes y servicios con los precios que ya tenían, por lo que su poder adquisitivo aumentó en términos reales; los productores de esos bienes y servicios ajustarán sus precios de forma acorde a la mayor demanda, y usarán el dinero que recibieron para adquirir otros bienes y servicios, y el proceso se repetirá de forma sucesiva hasta que todos los precios se hayan ajustado a la nueva oferta monetaria.
El poder adquisitivo de los sucesivos receptores del dinero emitido se reducirá más y más hasta llegar a los últimos receptores, porque cuando lo reciben ya los precios de los bienes y servicios han aumentado en respuesta a la expansión monetaria; es decir, hubo una redistribución de riqueza hacia los primeros receptores del dinero emitido. Entonces, la distribución del ingreso se distorsiona de forma que los primeros receptores del dinero (el gobierno y sus socios) se benefician a expensas de la población en general, y la distribución sectorial de la economía se distorsiona a favor del sector público y las industrias asociadas o parasitarias al gobierno, a expensas de los sectores productivos menos asociados a ellos.
Esto deja claro que la inflación monetaria no es mala solo porque crea un impuesto escondido sobre el ingreso y los ahorros de la población (inflación de precios), sino que es una redistribución escondida de la riqueza del sector privado productivo al sector público y mixto parasitario.
La relación entre la inflación monetaria y la inflación de precios es variable, no mecánica: por ejemplo, un aumento de 10% en la cantidad de dinero puede resultar en un incremento en el nivel de los precios que puede ser mucho mayor o mucho menor a 10% dependiendo de muchos factores.
Leer más:
- Véase el capítulo 22 de Economics in One Lesson.
- Definiendo la inflación correctamente
- Inflación monetaria e inflación de precios
- Sobre ciertas malas interpretaciones del efecto Cantillon
¿Qué salió mal en Venezuela y cómo?
En resumen, prácticamente todo salió mal, de forma predecible, precisamente porque se llevaban décadas de socialismo light y luego el chavismo implementó socialismo duro (pero no puro, afortunadamente). El hecho de que el gobierno de Maduro está liberalizando lentamente el modelo económico debe ser de alivio para todos (pero nunca se les debe agradecer).
La causa fundamental de los males de Venezuela es que se implantó un Estado propietario-patrimonialista, que pretende ser dueño de todo y controlar directamente la mayor parte de la economía. Para un análisis completo de la historia y las consecuencias reales del Estado propietario-patrimonialista en Venezuela, es imprescindible la lectura del libro Por un país de propietarios: El petróleo no tiene la culpa.
Los orígenes del Estado patrimonialista en Venezuela se remontan a las leyes de la época colonial, pero sus peores consecuencias comienzan en el siglo XX con el rentismo petrolero, tanto en el corporatismo perezjimenista como en el populismo socialdemócrata. El Estado venezolano se reservó para sí mismo el control total de las principales fuentes generadoras de riqueza del país, y por lo tanto se convirtió en el máximo concentrador de poder político. De esta manera surge un modelo en que la libertad económica y la seguridad jurídica no son protegidas, los ciudadanos no son emprendedores productivos sino cazadores de rentas estatales, la concentración de poder genera corrupción y abusos, y como resultado de todo esto se generan enormes distorsiones y desequilibrios macroeconómicos, estancamiento, falta de dinamismo, e inestabilidad institucional.
La nacionalización del BCV en 1974 y de la industria petrolera en 1976 fueron los momentos cumbre del modelo socialdemócrata rentista del siglo pasado, y marcaron el inicio de la decadencia y quiebra del país que dio paso al chavismo. Para más detalles sobre cómo ocurrió esto, recomiendo este artículo del PanAm Post.
La llegada del gobierno de Chávez significó la consolidación y expansión del Estado propietario, y su transformación en un proyecto de Estado socialista totalitario. En el libro “Exprópiese”: la política expropiatoria del “Socialismo del Siglo XXI” se explora la naturaleza y origen del proyecto chavista de destrucción de la propiedad privada llamado Socialismo del Siglo XXI, la perversión legal del poder de expropiación a servicio de dicha agenda, la historia de la aplicación de la política expropiatoria chavista, y sus terribles consecuencias económicas.
Leer más: